Introducción



El día que volví a llorar

Escribo el título y veo que quizá no es el más apropiado para este blog. En su declaración de intenciones está el que sea lugar de encuentro para personas, videos, textos, cuentos, historias, músicas, paisajes... motivadores.

No se: Dame el beneficio de la duda. Espero que a pesar del título leas esta entrada. Luego en “comentarios”… me cuentas.

Hace días que por diversos motivos un recuerdo ha venido a mi de una manera recurrente. Como si el universo se hubiera confabulado para que me de cuenta de algo. Han habido muchas cosas que me han hecho regresar a ese día: El día que volví a llorar.

Corría el año 1999 y muchos acontecimientos me llevaron a decidir tomarme un año sabático. Un privilegiado, pensarás. Nada más lejos que eso. No fue ni una decisión tomada desde la valentía o el coraje. Fue simplemente la única salida que vi para la supervivencia. Y te ahorraré los detalles. Solo te diré que llevaba 8 años sin hacer vacaciones; que me diagnosticaron estrés y que tras superarlo entré en una profunda depresión. Es curioso, lo escribo y me doy cuenta que ese adjetivo (profunda) es quizá el más asociado a esa dolencia.

En ese año sabático sabía que tenía dos objetivos y por este orden: Cicatrizar las heridas y decidir que hacía con mi vida.

En ese transcurrir, constaté que no era fácil: Cuando uno se rompe una pierna o un brazo, los mecanismos de curación son tan ostensibles a la vista, que todo el que te ve, te pregunta qué te ha pasado y se preocupa por ti. …Pero solamente unos ojos avezados son capaces de percibir a alguien, que lo que tiene rota es el alma.

Con lo cual, mucha ayuda no tuve. Entre otras cosas porque es muy generalizada la creencia de que los que sufren esto son unos débiles de carácter. Unos flojeras.
Aquí debo decir que sí que tuve la suficiente. Valiosísima. En esos momentos en los que hay solo unos pocos a tu alrededor. Lo demás es gente. Esos pocos son algunos de los que nombro en mi entrada Gracias – Agradecimiento.


Y a los cuatro o cinco meses ocurrió.

Llevaba yo ya algún tiempo intentando llenar de ocio la ausencia de negocio. Siempre me continué levantando a las siete como si fuera a trabajar. Era una disciplina obligada: Debía sacar a Dolça y esa era su hora. Ya metidos, llevaba a mis hijos al cole. Y una vez hecho esto, en vez de ir a abrir y trabajar, iba a “trabajarME”.


Dolça

Dolça

Ese día decidí ser transgresor: ¿Pues sabes qué? –me dije-, hoy, a las diez de la mañana vas a ver la película que den en Canal Plus. Sin saber tampoco que película echaban. Me senté en mi butaca, frente al televisor, con Dolça a mis pies, y me puse a leer esperando que dieran las diez. Y dieron. La película que estaba viendo empezar era Náufrago, protagonizada por Tom Hanks.

Empaticé rápidamente con él. Siempre me había gustado jugar a intentar determinar y definir eso de “que tres cosas te llevarías a una isla desierta”. O “que tres libros salvarías de un incendio”… Empecé a ver los guiños a Defoe y su Robinson Crusoe. Fundamentalmente cuando le da un manotazo a una pelota marca Wilson y azarosamente, al estar su mano ensangrentada, la mancha que deja en ella es una suerte de cara. Y Wilson se convierte en su compañero y socio en la isla. (No podían llamarle Viernes)

Si has visto la película, ya sabes. Si no la has visto, ya sabes. Guiño

Después de intentarlo todo, decide abandonarse a su suerte: Sabe que no hay posibilidad de abandonar la isla por sus medios ya que el oleaje, remando, se lo impide en todos los intentos. Con cualquiera de los artilugios que es capaz de construir con los materiales que la isla le da. Sabe que cualquier día, por cualquier motivo, va a morir ahí. No hay ninguna otra posibilidad. Ni remota. Y así se lo cuenta a Wilson.

Pero una noche la marea lleva hasta la playa un trozo de plástico: Una especie de biombo. Y lo ve claro: Puede usar eso como vela y así tener la potencia suficiente que completa a sus golpes de remo para vencer el oleaje. No desvelo nada diciéndote, si no has visto la película, que así consigue salir de la isla en una balsa. …Llevándose con él a Wilson.

Una noche, durante la navegación, una tormenta lo deja exhausto aferrándose a la balsa. Y por la mañana, reventado por el esfuerzo, la lucha de esa noche y los días de escasez, está profundamente dormido. Al despertar, repara en que Wilson hace unos instantes ha caído al agua. Lentamente se va alejando. No lo duda y se tira al agua y va a por él. Realmente no tiene apenas fuerzas y le cuesta alcanzarlo. Wilson se va alejando. Va girándose para dimensionar la distancia que le separa de la balsa pero sigue en su busca: Ha cogido una liana que le ata a la balsa y sabe que a través de ella va a poder regresar. Pero Wilson se aleja cada vez más. Se acaba la liana. Debe tomar una decisión. Vuelve a girarse hacia la balsa y ya está mucho más lejos de lo que lo está Wilson. Tras décimas de segundo no lo duda: Suelta la liana. Pero tras varios chapoteos se da cuenta de que si alcanza a Wilson ya no tendrá fuerzas para volver a la balsa. Cuando consigue alcanzar de nuevo la balsa, más exhausto aún de lo que estaba, empieza a gritar desesperadamente disculpas a Wilson y rompe desconsoladamente a llorar.

En ese momento, y después de varios años sin que eso hubiera ocurrido, aprecié que de mis ojos habían brotado varias lágrimas. Y lloré. Apenas pude seguir el resto de la película. Y seguí llorando. Horas después aún no había conseguido parar.

Tenía la sensación de que nadie había hecho por mí lo que Tom Hanks estaba dispuesto a hacer por una pelota. Enseguida saqué esa idea de mi cabeza pero no podía parar de llorar. Quizá porque tome consciencia de que, sin saber cuando, hubo un día que solté la liana que me amarraba a mi balsa, por personas que solo eran pelotas.

Me fui a la cama y continué llorando hasta quedar tan exhausto como el náufrago. No se que hora era. No había comido. Y me dormí.

Me desperté entre las cuatro y las cinco de la mañana. Decidí levantarme y con mi compañera en estas lides, Dolça, me fui a la calle aún de noche y de ahí al campo. Me senté con ella a mi lado. Con mis ojos de madrugada le mantuve la mirada a los ojos del amanecer. Sabía que mi vida se había girado como un calcetín. Esa aurora me enseñó como desde el negro hasta el azul del pleno día, el cielo puede tener todos los colores. Hasta los que nunca has visto ni los que eres capaz de imaginar. Parece que el alba hace eso: Para que sepas que ese día que empieza encierra todos los colores posibles.

Estas en medio de una noche. Y lo ves todo negro.

Pero una mañana te levantas y ves que la marea de esa noche te ha traído un trozo de plástico hasta tu playa. Solo tienes que estar lo suficientemente vivo para usarlo como vela.

Te abrazo.

El Verdadero Secreto ante la Crisis y las Deudas

Esta que comparto contigo, son dos perlas que me he encontrado en facebook: Una es Joan Molins. Ahí tienes el link de su blog. La otra es su última entrada en ese blog.

Posted on 25 Agosto, 2010 by jmolins

en www.joanmolins.com

La Crisis que estamos viviendo tiene un denominador común: la ambición.

La ambición de los “niñatos” educados en las mejores Universidades de Negocios del Mundo, que con sus apalancamientos y servicios financieros basura han llevado al mundo Occidental a la ruina. Pero estos “niñatos” han estado siempre apoyados por la ambición de los poderosos de la Tierra y por todos nosotros en menor medida.

Esta crisis es una CRISIS de Deuda. Y la Deuda se paga. Las medidas que han tomado todos los gobiernos ha sido reducir la deuda que se está generando, ahora.

Ahora, generamos menos deuda. Pero aún no estamos pagando la que hemos generado anteriormente.

¿Cómo vamos a pagar la deuda? Generando riqueza.

¿Para cuándo las medidas que ayuden al crecimiento y la creación de nueva riqueza? Cuando los poderosos quieran.

Pero todo este embrollo se ha llevado millones de puestos de trabajo, destruido los negocios de miles de autónomos y pequeñas empresas.

Su vida económica totalmente destruida. Su vida personal y emocional totalmente afectada. Y un montón de deudas por pagar.

¿Y ahora qué? ¿Esperamos a que el Gobierno nos solucione nuestros problemas? ¿Esperamos que los Bancos nos ayuden? ¿Esperamos que nos toque la lotería?

O tomamos nosotros mismos el control de nuestra vida.

Aplica el Verdadero Secreto y cambiara tu vida.

1) No hay ninguna excusa todo lo que te ha ocurrido es culpa tuya. TODO. Todas las decisiones que has tomado anteriormente conscientemente o inconscientemente han sido basadas en pensamientos o creencias que y solo tenías.

Solo tienes que aceptarlo. Acéptalo, porque no hay nada del exterior que decidió por ti.

2) Cuando hayas aceptado que todo fue por tu culpa. Solo queda el Perdonarte a ti mismo. Perdónate a ti mismo por los errores que cometiste, es fácil. Debe salir de lo más profundo de ti. Un verdadero perdón a ti mismo.

Cuando te has perdonado a ti mismo algo cambia en tu interior. Bien cometí errores, perfecto, en aquellos momento no sabía, creía en algunas cosas que me han llevado a mi situación actual.

¿Ahora qué? Tú no eres tus problemas. Tu eres un ser único y maravilloso.

3) Agradece ahora. Agradece ahora todo lo que tienes. Lo primero que debes agradecer es el haber aprendido la lección. Agradece que en la próxima crisis no te cogerá desprevenido. Agradece que ahora todo depende de ti. Agradece que AHORA sí soy libre de tomar mi futuro.

Agradece por todos los bienes que te han quedado, agradece la familia e hijos que tienes. Agradece a los amigos o personal de tu negocio que han quedado a tu lado. Agradece por lo que eres en este momento.

Cuando te has perdonado y has agradecido, tu atención empieza a no enfocarse tanto en los problemas, en las deudas, empiezas poco a poco a enfocar tu atención en la solución de los problemas, en visualizar tu futuro.

Tu cuerpo cambia, tu mente cambia y empiezas a escuchar a tus intuiciones e inspiraciones. Empiezas a tener amor y empiezas dando amor y por tanto a recibir amor. ¿a quién? ¿de quién? A/De tu familia que te ven diferente, más alegre, más sonriente. EL trato a tus empleados y tus relaciones profesionales mejoran. Te abres a nuevas oportunidades.

Y te darás cuenta que tu, solo tú tienes el control de tu vida.

Y cuando te llegue alguna intuición e inspiración en forma de un nuevo producto, un nuevo servicio, un negocio nuevo, un nuevo trabajo, una idea nueva, ESCUCHALA. Tu pensamiento tiene que comprender tus emociones.

Siente si estas nuevas ideas llevan incorporadas más emoción de lo normal. Si es así, no tengas miedo, ACTUA RAPIDO.

¿Comprendes un poco más el Verdadero Secreto?

La energía del amor, el agradecimiento y el perdón con uno mismo son las fuerzas más impresionantes que diluyen todas las energías negativas de nuestro interior que nos bloquean y dejan paso a su vez a que fluya de dentro de nosotros hacia fuera más amor, más agradecimiento y más perdón, y poco a poco vamos apartando todas estas energías negativas de nuestro interior, y cuanto más amor, más agradecimiento y más perdón sale de nosotros, en mejor estado estamos para percibir las intuiciones, inspiraciones e iluminaciones que nos envía el Infinito. En cada momento sabemos que hacer, tener o ser y cuando actuamos en base a lo que nos dicta nuestro Infinito y nuestra vida pasa a ser maravillosa.

Testimonio:

A mediados de los años 80 cree un negocio de distribución de alimentación que se fue a la quiebra durante una de esas crisis. Lo primero que hacía a las ocho de la mañana era irme de mi despacho. No aguantaba las llamadas continuas de los acreedores y proveedores. El viernes por la tarde era mi día favorito, porque ya no llamaba nadie.

¿Y dónde iba? Pues aparcaba mi coche en algún bosque. Todo el día pensando, excusándome, llorando y durmiendo. Que paz y tranquilidad se respiraba allí. Mi excusa favorita era: esto me ha pasado porque mis clientes no me han pagado. Claro la culpa era de mis clientes.

Y un día llego la luz.

NO, LA CULPA FUE TODA MIA, TODA MIA. PORQUE VENDÍ A CLIENTES QUE NO PAGABAN.

¿Qué podía hacer conmigo?

Pues perdonarme. Así de fácil. Me perdone.

Y más inconsciente que consciente empecé a agradecer que fuera joven y podía recuperarme. Y mi carácter positivo me llevo el resto.

¿Cuánto debo? Bien. Ahora se trata de recuperarlo

Me hice un Plan de ingresos futuros y un plan para pagar las deudas. Un plan que debía poder seguir y cumplir. Modesto para no fallar. Y fui a visitar uno por uno a todas los proveedores.

Al cabo de tres meses de ir cumpliendo los mismos proveedores me agradecían el esfuerzo que estaba realizando.

Poco a poco cuando iba pasando el tiempo las deudas perdían poder y mis ingresos tenían más protagonismo.

En el año 2.008 los beneficios generados por los negocios que participaba fueron de más de 2.000.000 de euros.

Pero eso no es importante, lo verdaderamente importante es cómo me siento hoy conmigo mismo.

———————————————————-

No hay ninguna duda que habrán nuevas crisis. Pero estas me van a pillar muy lejos de ellas.

¿Parece fácil? ¿Es fácil hacerlo? Nadie ha dicho que fuera fácil.

¿Se necesita tiempo? Claro

EL mejor consejo que me han dado en toda mi vida.

Dedica menos tiempo a tu trabajo y dedica más tiempo a ti mismo, porque tú vas a tener más valor y el mercado te pagará más.

¿De dónde saco el tiempo?

Mira cuanto mejor te sientes contigo mismo, más energía tienes, y por lo tanto, menos horas duermes. Aquí ganas dos horas al dormir.

Cuanto mejor estas contigo mismo menos negatividad quieres en tu vida. Aquí ganas como mínimo dos horas más a la televisión.

Para que añadir más. Sólo una cosa: Un aviso a navegantes: ¡¡Que poco cuesta referenciar la procedencia de las cosas!!!

Te abrazo. (Aunque a 43º que estamos hoy, mejor date por saludad@)

Gracias – Agradecimiento


He pensado mucho en ti, que me lees. Y en ti, que aún no me has leído. Incluso en ti, que no lo harás nunca.

He estado contigo a pesar de que, aparentemente, “sólo” estaba conmigo. Y te quiero dar las gracias por eso. Ahora tocaría linkar alguna de las muchas versiones que se han hecho del “Gracias a la vida” de Joan Baez. “Gracias a la vida, que me ha dado tanto…” empezaba diciendo la Baez en esa canción.

Y eso es dar las gracias por lo que ha ocurrido. Y sí, quiero darte las gracias por todo. Y podría nombrarte. Te podría nombrar a ti Carmen, aunque no me leerás, por enseñarme todo eso “que viene de madre” y por ser el catalizador de este blog. A ti Montse, Joel, Eduardo: Por hacer posible tantas cosas. A ti Cris: y no por acompañarme, sino por dejarme a mí hacerlo. A ti David y a ti Cristina, por haberme dado sólo satisfacciones y retos. A ti Montse, Jorge, Nuria, David, Laura, Neus, Ramón, Abel, Albert, Roser, Dori, Ximo, Francesc… porque has creído ciega y firmemente en mi en muchas ocasiones. O sólo en algunas: Pero lo has hecho en esas en las que es más fácil dudar y huir. A ti Víctor, Lluís, Sisco… por darme tu amistad en esa época de la vida en la que eso es lo único importante. A ti Pepe, a ti Tonin por estar siempre ahí detrás, sin que se os vea, pero siempre notándoos. A ti Pedro, sin ti no serían posibles ni esta entrada ni otras tantas (Incluso algunas “salidas”). A ti Juan Carlos, por darme a conocer el link con el que se cierra esta entrada. A ti que estás leyendo esto y has llegado hasta aquí en la lectura a pesar de no conocer a nadie de los nombrados. Quizá esperabas ver el tuyo. Pues si no estaba en este párrafo es que está en el siguiente. Verás…

Me gusta diferenciar entre “dar gracias”… Y “mostrar agradecimiento”. “Dar gracias” lo entiendo mirando por el retrovisor. “Mostrar agradecimiento” se hace mirando hacia adelante. A los del párrafo anterior les doy las gracias. Y también, como a ti, les quiero mostrar mi agradecimiento.
Gracias a todos por existir. Pero…

A ti ________ (Pon aquí tu nombre), quiero agradecerte, además de el haber leído hasta aquí, el que decidas quedarte conmigo.

Somos lo que hacemos de nosotros. Soy lo que hago de mí. Eres lo que haces de ti.

Soy lo que hago de mí, con propósito: Con sentido.

Y AL HACERME ASÍ CONTIGO, TU Y YO, JUNTOS, ESCULPIMOS LOS CONSIGOS.

Así, todo lo que queramos conseguir, es posible.
Soy lo que hago de mí, lo que hago de mí ahora.
Ahora, para ti.

Quédate conmigo

Te abrazo.